Emma Blanco, portaveu del grup municipal |
Considero que la mayoría de los cargos públicos cumplimos fielmente con nuestras tareas ordinarias y las responsabilidades contraídas voluntariamente al servicio de la ciudadanía. Independientemente del color que tengamos anteponemos el interés general a cualquier otro, y sin duda procuramos cumplir con nuestro deber que es honrar lealmente el compromiso que tenemos con las personas que democráticamente nos eligieron prestándonos su voto. Al menos esa es la intencionalidad de nuestras acciones aunque no siempre lo consigamos. Igual que todo el mundo somos falibles y cuando erramos las consecuencias de nuestras acciones nos pasan factura igual que a cualquiera, ni más, ni menos.
Estamos obligados a aceptar las críticas, sólo faltaría, y corregir lo que convenga. Pero lamentablemente siempre hay algunos personajes, desde la política, que envueltos en una estética más o menos convincente, incapaces de asumir las consecuencias de sus actos debido a sus propias debilidades y temores, imaginan intrigas que difunden con poco éxito. Estos, con actuaciones un tanto intempestivas y sin un claro objetivo constructivo, tienen poca credibilidad más allá de sus iguales, y tan sólo evidencian su ausencia de compromiso con la ciudadanía y el bien común. Los Ayuntamientos democráticos han cumplidos 34 años desde la dictadura. En manos de la ciudadanía está la buena salud de la democracia local. |